EXCURSIÓN A FRIAS, TOBERA Y MONTEJO DE SAN MIGUEL
El pasado 28 de mayo de 2025, varios miembros de esta Asociación de Jubilados de Caja Cantabria realizamos una visita a varios puntos de interés del Valle de Tobalina, en el norte de la provincia de Burgos, por cuyos municipios discurre el río Ebro.
Una preciosa mañana primaveral, a las siete y media de la mañana, montábamos en autobús un total de 23 personas (15 socios), hacia nuestro destino. Después de una breve parada en el Área de Servicio de Matamorosa, circulando bajo la niebla junto al Pantano del Ebro y cruzando la comarca de las Merindades, llegamos a nuestro primer destino:
La Ciudad Medieval de Frías, que tal y como nos comentó nuestra guía, Edurne, es la ciudad más pequeña de España, ya que en 1435 el Rey Juan II de Castilla otorga el título de Ciudad. Bajo las explicaciones de la guía, recorremos sus estrechas y empinadas calles, observando las características casas realizadas con piedras de toba, que dan nombre al Valle de Tobalina. Son curiosas las casas colgadas que se establecen sobre el cortado rocoso.
El Castillo de los Velasco y la Iglesia de San Vicente Mártir presiden el conjunto histórico artístico de la ciudad, desde su asentamiento en el punto más alto y escarpado de la población, se divisa todo el valle, destacando el puente sobre el río Ebro, que conserva su arquitectura romana, en la base, románica en alguno de sus arcos y gótica en el arco principal y en edificio que se utilizaba para el cobro del pontazgo, impuesto que se cobraba para cruzar dicho puente en la época medieval, en que la ciudad de Frías tuvo su mayor esplendor, ya que entre otras cosas contaba con un mercado semanal, lo que constituía una de sus mayores fuentes de riqueza.
Antes de comer, nos desplazamos hasta la localidad de Tobera, famosa por sus saltos de agua que forma el río Molinar (nombre que toma de su utilización en diferentes molinos de la zona) y que nos sorprendieron gratamente. Desde el bar del pueblo, donde tomamos un refrigerio para refrescarnos pues hacía bastante calor, se observaba una de las mejores “cascadas” del pueblo.
Al mediodía, volvimos hasta Frías para degustar una comida sencilla y agradable que nos ayudó a recuperar fuerzas.


































